martes, 9 de octubre de 2012

Diez principios que han de regir el trabajo del fisioterapeuta

Los diferentes colegios profesionales de Fisioterapeutas de cada comunidad autónoma tienen desarrollados desde hace una década su propio código deontológico de esta profesión. Pero básicamente todos ellos establecen los requisitos fundamentales que han de seguir y respetar todos aquellos que quieren ejercer esta actividad, “que reconoce la salud como uno de los valores prioritarios de la condición humana”. Aquí te indicamos los diez principios o reglas éticas de un buen fisioterapeuta. 

1. Vocacional. Ser fisioterapeuta es una profesión elegida por motivos vocacionales, inspirada en buscar la salud de los pacientes, así como, específicamente, en fomentar la prevención, la promoción, el mantenimiento y la recuperación de la funcionalidad mediante cualquiera de los medios manuales, físicos y químicos a su alcance. Los criterios de prestigio profesional o económicos no deben ser las pautas que primen en este mundo del trabajo. La atención a la salud del usuario debe prevalecer por encima de cualquier otra conveniencia.

2. Sinceridad + claridad. Al paciente hay que informarle acerca de su diagnóstico y cual va a ser el tratamiento a emplear. Se le debe facilitar de forma comprensible, la naturaleza y el alcance del tratamiento y el desarrollo de sus efectos, ofreciéndole la información adicional que solicite.

3. No discriminación. El fisioterapeuta debe atender con la misma conciencia y solicitud a todos los pacientes sin distinción por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

4. Responsabilidad. Debe conocer sus responsabilidades y, consecuentemente, los límites de su actuación profesional. En caso de no verse capacitado para un tratamiento, hay que remitir al paciente a otro profesional que pueda ayudarles. Además, es responsable de los resultados de tus actuaciones fisioterápicas, evitando por tanto, aplicar tratamientos pautados por otros profesionales con los que no está de acuerdo.

5. Confianza mutua. Tendrá en cuenta el aspecto biopsicosocial de los enfermos, dedicando el tiempo que sea necesario a escuchar, así como procurará crear el mejor ambiente y grado de relación profesional posible para la efectividad de la atención santaria.

6. Fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones. El fisioterapeuta no será un mero tratador, sino que sabrá en todo momento qué es lo que está haciendo y por qué y conocer el diagnóstico correspondiente. Además, ha de tener prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas. Debe poner siempre al alcance del paciente, todos los recursos disponibles y la mejor disposición con el fin de procurar el objetivo terapéutico que preside su actuación.

7. Formación continuada. Debe procurar la permanente actualización de sus conocimientos técnicos y profesionales y estar al corriente de los programas de prevención de las enfermedades y de la promoción de la salud entre los ciudadanos.

8. Evitar la polémica y las críticas. Las relaciones con sus colegas deben estar presididas por el respeto , el principio de la lealtad y la recíproca consideración. A los fisioterapeutas no se les permite polemizar en público respecto a la adecuación de los tratamientos que apliquen sus compañeros. Salvo en caso que lo solicite o consienta expresamente el paciente, debe abstenerse de interferir en la tarea profesional de sus compañeros.

9. Lealtad y honestidad con el paciente. Debe mantener una estrecha colaboración con el profesional que hubiese diagnosticado a su paciente y con los otros profesionales que integren el equipo del que formase parte. Si se da el caso, el fisioterapeuta deberá manifestar al médico, de manera fundamentada, su disconformidad en la aplicación de un tratamiento determinado. Si fuera necesario, denunciará cualquier situación en la que sepa que se está jugando con la confianza y la salud de los pacientes. 

10.- Calidad y respeto. Los pacientes tienen derecho a una atención fisioterápica de calidad científica y humana. El fisioterapeuta no encubrirá con su titulación actividades vanas o engañosas, ni aprovechará para lucro o beneficio propio o de terceros, la situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda conferirle sobre los paciente.


Fuente de info: http://www.cofn.net/tgvbnmki (COFN) 

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